La otra noche tuve un sueño.
Yo estaba y tú también. Soñé que estábamos en la cima de la Torre Eiffel. Había
una mesa con velas y una cena maravillosa. Tú usabas un traje muy elegante y
yo, un hermoso vestido. Durante la cena, no hacías más que mirarme y decirme lo
hermosa que era. Al final de la cena, pusiste una manta en el suelo y nos
acostamos, uno junto al otro, a mirar las estrellas. No parabas de decir que era
más bella que cada una de ellas. A media noche, me miraste a los ojos y me
dijiste cuanto me amabas. En tus ojos había un brillo tan especial, que me di
cuenta de que era lo más sincero que alguien me había dicho.
Tu mirada y mi mirada se
cruzaron. Nos acercamos tanto que casi sentía tu respiración. Nuestros ojos se
cerraron y nuestros labios se juntaron, sellando nuestro amor. Ojalá hubiese
sido más que un sueño.
Tú y yo no podemos estar
juntos. La sociedad no permite que tengamos algo por una cosa llamada “EDAD”.
También existe la desventaja de que tú no conoces mis sentimientos.
Para ti, sólo soy una más de
tus alumnas y tú, eres mi profesor.
Dedicado
a: L.B
y Y.M